Suspensiones y disciplinamiento en paritarias

La ciudad de Mar del Plata, en términos de conflictividad social, no se ha comportado como una isla durante el “escenario pandémico” impuesto por el ASPO, en primer lugar, y el DISPO actual. Si bien las luchas y las protestas populares (como se afirma en el informe “Conflictividad social en contextos de aislamiento – 2ª Parte“) han mermado respecto a 2019, a partir del cuarto mes de aislamiento comenzaron a crecer y visibilizarse situaciones de conflictividad que evidencian el impacto negativo que el escenario pandémico y, las estrategias patronales, produjeron en las condiciones de vida de lxs trabajadorxs. Empleadxs de comercio, hotelería, educación, indumentaria, cervecería, gastronomía, fueron lxs que rápidamente sintieron la reducción de sus salarios, debido al freno de sus actividades. Sin embargo, a finales del mes de agosto, ha resonado una situación conflictiva en torno al sector alfajorero, específicamente, a lxs trabajadorxs de la fábrica de Havanna situada en el parque industrial “General Savio”.

El día miércoles 26 de agosto, en el marco del DISPO, estalló en nuestra ciudad la noticia de que 300 trabajadorxs temporarixs de la planta industrial de Havanna fueron suspendidxs a solo dos días de haber iniciado su contratación quincenal. La firma cuenta con alrededor de 350 trabajadorxs de lxs cuales, aproximadamente, sólo 70 son efectivxs. Según el testimonio de uno de lxs trabajadorxs[1] de la empresa:

…somos alrededor de 300, 350 trabajadores, quizás 400 en temporada, pero en planta permanente debe haber 70…

Y, ¿qué implica ser temporarix en Havanna? Que se trabaja un promedio de 80 días en la temporada de verano -sin tope máximo-, que va desde el 1º de noviembre hasta fin de abril. Durante el invierno, que va desde mayo a octubre, trabajan menos de 90 días porque, pasarse de ese número, implicaría tener el derecho a solicitar la efectivización. En algunos casos, cuando se excede ese límite, la empresa hace firmar una declaración donde se rechaza la efectividad. Esta situación, evidencia que durante buena parte del año lxs trabajadorxs temporarixs quedan en situación de desempleo, sin ningún tipo de salario garantizado, aun cuando gran parte de ellxs llevan más de 10 años en esa situación.

Esta temporada de verano, dada la coyuntura de pandemia y aislamiento, la firma cerró sus instalaciones industriales el 22 de marzo cuando se decretó la cuarentena y retomó sus actividades el 27 de abril. Haber perdido el mes de abril como parte de la temporada de verano, y retomar en mayo, mes que en general, lxs trabajadores temporarixs no son contratadxs, lxs puso en una situación muy compleja, comenta el trabajador:

…a la semana o esa misma fecha, no me acuerdo bien, se firma que nos aseguraban 89 días por toda la temporada de invierno, o sea no podemos trabajar menos de 89 días, y de superarlo volvemos a firmar el papel para no pedir la efectividad. En diferencia con el resto de los años, que también tenemos 89 días, es que este año perdimos el mes de abril como temporada de verano y mayo se trabajó completo por lo que ya nos quitó 20 días de los que teníamos con respecto a fin de año. Por lo general uno trabaja hasta el 31 de abril, mayo casi no se trabaja porque ya termina todo lo que es pascuas y temporada, además, entramos en paritarias y entonces a la hora de hacer los conflictos son ahí en mayo y se ahorran un problema…

Cabe aclarar que, en el mes de abril, la empresa se acogió a los beneficios del programa ATP (Asistencia al Trabajo y a la Producción), obteniendo un subsidio del Estado en el pago del 50% de los salarios. Este dinero no fue utilizado para abonar los salarios de abril; sino para los salarios de mayo, mes en el que se retomaron las actividades. En tanto, en mayo, debido a las restricciones financieras e impositivas que conllevaba el subsidio, la empresa lo dio de baja.

…la asistencia que cobramos fue la del ATP que es la que pidió Havanna, pero no se bajó del programa al mes o sea cobramos un solo mes, solo abril, nosotros cobramos abril, y ellos lo pasaron para lo que habíamos trabajado en mayo ya que abril no habíamos trabajado, agarraron el ATP que les ofreció el programa y lo pasaron cómo lo trabajado en mayo. El programa no sigue vigente, fue sólo un mes…

Volviendo a la medida que afectó a lxs trabajadorxs temporarixs; puede decirse que no tuvo que ver, exclusivamente, con la crisis económica actual, sino con un disciplinamiento de la patronal para con lxs trabajadorxs por organizarse en asamblea. Esta última, tuvo lugar ese mismo miércoles 26 en rechazo a la falta de pago de una cláusula de revisión por inflación acordada en la paritaria 2019. La posición de la empresa es negarse a pagar dicha cláusula y comenzar a discutir la paritaria 2020/21.

…en cuanto a la mesa paritaria, todavía, como no estamos llegando a un acuerdo con el conflicto de la cláusula de revisión 2019, todavía no se coordinó la paritaria 20-21. Lo que sí, ellos quieren ya empezar a hablar de la paritaria 20-21 y dejar cerrada la paritaria 19-20, en lo que no estamos de acuerdo…

Luego de la represalia llevada a cabo por Havanna, lxs trabajadorxs deciden acercar el reclamo al Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, el cual termina dictando la conciliación obligatoria y se reincorpora nuevamente a todxs. El trabajador consultado aclara, que la decisión de concurrir al Ministerio tiene más que ver con la necesidad de exigir que se cumpla con lo discutido en la mesa paritaria del año pasado, y no con la reincorporación de lxs suspendidxs debido a que esto, como se explicó en la entrevista realizada, se encontraba garantizado. Es importante aclarar que más allá del dictado de la conciliación obligatoria (reincorporación de lxs trabajadorxs temporarixs), Havanna, en el Ministerio, insistió en cerrar la paritaria 19-20 y comenzar la discusión 20-21; ofreciendo un porcentaje mayor al dado por otras empresas del sector, pero sin cumplir lo acordado en 2019.

La situación desarrollada no es restrictiva a este contexto; sino por el contrario da cuenta de la política de precarización y flexibilización laboral que lleva adelante la empresa desde hace más de 10 años, cuya manifestación más concreta es contar con 80% de sus trabajadorxs en condición temporaria. Asimismo, si se realiza una revisión de su historia, y sobre todo de las últimas tres décadas, se observan diversos momentos en los que ha utilizado estos mecanismos para amedrentar, disciplinar y acallar a sus trabajadorxs.

Está claro que la coyuntura actual, ha sido aprovechada por las patronales para aplicar este tipo de medidas, además de despidos, cuotificación de salarios, y otras. Estas han sido herramientas para el ajuste sobre lxs trabajadorxs, bajo el argumento de la crisis económica que se está atravesando. Pero, ¿puede Havanna excusarse en la crisis? Parece que poco, dado que es una de las empresas argentinas que cotizan en bolsa, y pertenece al 17% de ellas que durante el actual contexto sostiene sus acciones por encima de un dólar. De los testimonios rescatados de algunxs trabajadorxs se obtiene que la empresa nunca ha dejado de exportar sus productos y que no se ha habido un resentimiento en este sentido. La fábrica, a pesar de las circunstancias, dejó de funcionar menos de un mes. Es en este punto donde juega un rol fundamental la construcción de la imagen de empresa local, para argumentar el sufrimiento de los coletazos de la crisis, junto con el discurso de empresa familiar. Más allá de ello, esto no es más que un mero discurso, hace décadas que Havanna ha dejado de ser una firma local y familiar. En principio, y para desmitificar su mote de empresa local, cuenta con más de 270 cafeterías y está presente en más de 12 países de todo el mundo, además de que exporta una gran parte de su producción, para lo que el directorio denomina, una agresiva expansión comercial. Y en cuanto a su característica de empresa familiar, la misma dejó de serlo hace décadas. En tanto, en la actualidad se encuentra bajo la dirección de la compañía de inversión privada Inverlat (que antes fue D&G), conformado por Guillermo Stanley (padre de la ex ministra de desarrollo y miembro del directorio del Banco Macro), Carlos Giovanelli (director del Banco Macro, entre otras firmas) y Damián Pozzoli (miembro del Directorio de Banco Macro y Cablevision Holdings) puede desprenderse de esto, que poco queda de la empresa original surgida y construida en “valores familiares”.

Para cerrar, es importante abrir el debate en torno a la situación que atraviesan lxs trabajadorxs de la ciudad de Mar del Plata durante esta primera parte del año. A la coyuntura sistémica de desempleo que afecta a nuestra ciudad, se le ha sumado la situación excepcional impuesta por la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el contexto pandémico, no debe hacer perder de vista, que situaciones de conflictividad como las atravesadas por lxs trabajadorxs Havanna, no son excepcionales; sino que son comunes en nuestra ciudad, dadas las políticas de flexibilización adoptadas por las patronales y a la desatención de estos problemas por parte del Estado y las entidades gremiales.

Fuentes
Citas

[1] Entrevista realizada a Susana (nombre ficticio), trabajadora de Havanna el día 7 de septiembre de 2020.

 

Foto: laizquierdadiario.com