¿Qué deja en materia de conflictividad social un año atípico como el 2020? Luego de una clara y esperable caída de los índices de conflictividad abierta durante las primeras semanas de vigencia del ASPO, los eventos de protesta fueron recuperando lentamente su protagonismo callejero. Sin embargo, de conjunto, la conflictividad durante 2020 representa menos de la mitad de lo que fue durante el 2019. En definitiva, la conflictividad durante el año 2020 existió, sí, pero estuvo por debajo de la media del quinquenio anterior. Pasemos a ver ahora cuáles son sus rasgos más destacados.

El mes de julio se presenta como clave para empezar a entender la dinámica temporal de la conflictividad en nuestra ciudad. Y esto porque, como sostenemos en un informe anterior, durante las primeras semanas de julio se produjeron distintas protestas que cambiaron la tendencia predominante de la conflictividad en Mar del Plata vigente desde el inicio de la cuarentena. Este proceso está emparejado con la acumulación de diversos agravios y variaciones en la instrumentación del ASPO y del DISPO. Sin embargo, el pico de contagios y fallecimientos durante el mes de agosto abrió una pausa en la conflictividad que volvió a sus guarismos del mes de abril.

En septiembre publicamos el segundo informe sobre conflictividad en las primeras 34 semanas del año. En el presente informe cubrimos todo el año 2020 y continuamos la mirada comparativa con el año 2019.

Tanto en el primer informe como en el segundo sostuvimos que el escenario post-pandémico se presentaba incierto. También dijimos que las consecuencias de la pandemia estaban golpeando muy fuerte a las clases populares y que el nuevo escenario estaría signado por el incremento inusitado de la desigualdad y la pobreza. Pese a su repunte en el segundo semestre de 2020, las luchas y protestas populares se vieron fuertemente menguadas por el ASPO y el DISPO. Esto significa que la barrera de contención popular a las ansias patronales de mayor ganancia está mucho más debilitada que antes. Los últimos datos publicados por el INDEC confirman lo dicho: la desocupación en la ciudad llegó al 26%.

En Mar del Plata, los guarismos de la conflictividad durante los 12 meses de 2020 indican que la ciudad no es una isla. Las notas publicadas por el Observatorio de Conflictividad sobre la situación de lxs trabajadorxs de comercio, hotelería, educación, indumentaria, cervecerías, alimentación, call center, industria alfajorera y gastronomía, muestran el impacto negativo que el ASPO y el DISPO tuvieron en las condiciones de vida y trabajo de lxs asalariadxs durante el presente año. El ASPO y el DISPO fueron y son necesarios, pero su aplicación no fue ni es acompañada suficiente y eficazmente por medidas que amortigüen las obvias consecuencias que dichas medidas acarrean para las clases populares de los barrios marplatenses. Situación que se ve agravada por el actual aumento de contagios en el marco de un rebrote generalizado.

Gráfico 1

El gráfico 1 muestra un fuerte impacto del ASPO en un 2020 que, ya de arranque, mostró un bajo índice de conflictividad en comparación con el 2019. Los totales son contundentes: el 2019 dobla al 2020 en conflictividad acumulada a lo largo del año. La brecha entre ambos años disminuye a partir de julio, mes que evidencia un pico superior a los guarismos pre-ASPO del 2020 y a los índices de conflictividad que para aquel mes cuenta el año 2019. El último trimestre de ambos años muestra índices similares.

Gráfico 2

Al igual que lo ocurrido en otros países, durante los primeros meses de la cuarentena la agenda periodística estuvo marcada de forma excluyente por la pandemia (seguimiento de casos, estadísticas, comparativas, historias de vida, etc.). Luego de esos primeros meses, el tópico covid fue perdiendo terreno. Esta situación fue generalizada y tiene su correlato local: todos los medios de difusión de Mar del Plata publicaban cotidianamente notas, entrevistas, crónicas e informes sobre distintos aspectos de la pandemia. Un simple recuento de la frecuencia de los términos ‘covid’ y ‘coronavirus’ en las notas de la sección de sucesos locales del diario La Capital arroja una silueta con cuatro faces marcadas que serpentean muy por encima del índice de conflictividad. La primera fase es ascendente (marzo, abril y mayo), la segunda es descendente (junio), la tercera ascendente (julio y agosto) y la cuarta descendente (septiembre, octubre, noviembre y diciembre). Esta última fase marca una tendencia clara en la perdida de terreno del tópico covid en la agenda periodística. Mientras que las primeras dos fases responden a una lógica de alcance global, las últimas dos responden a temporalidades relacionadas con proceso locales.

Gráfico 3

La conflictividad laboral referida a huelgas y paros de actividades sufrió, durante los meses de abril mayo y junio, una fuerte disminución debido a la puesta en vigencia del ASPO. Sin embargo, el mes de julio muestra un alza muy marcada en este tipo de formatos de lucha obrera que sobrepasa y duplica los valores más altos alcanzados durante los meses previos a la cuarentena. Durante agosto, el mes de pico de contagios, el índice de huelgas vuelve a los valores de junio, los más bajos del año. La silueta muestra un nuevo pico en el mes de septiembre para volver a caer y sostenerse en valores muy bajos durante los últimos tres meses del año.

 

Gráfico 4: árbol de palabras sobre conflictos con paro (interactivo)

 

¿Cuáles fueron las huelgas más significativas? ¿Quiénes fueron sus protagonistas? El gráfico 4 nos permite identificar los distintos paros que se produjeron en Mar del Plata a lo largo del año 2020. Destacan los paros de colectivos, el conflicto portuario, la huelga de repartidorxs, la protesta de la Sociedad Rural, el paro internacional de mujeres, el reclamo de lxs municipales, la huelga “a la japonesa” de la UOCRA, el conflicto de lxs gastronómicxs. Sin embargo, las huelgas no fueron el único formato de lucha desplegado durante estos meses.

Gráfico 5

Los ataques, los cortes de calles y rutas, los bloqueos y las ocupaciones tienen su pico durante julio. Como ya dijimos, las huelgas tienen su punto más alto también durante el mes de julio, al igual que las reuniones y asambleas. Julio también es el mes más intenso para las restantes formas de protesta agrupadas en la categoría ‘otras’. Las acciones comunicacionales tienen su pico durante el mes de mayo, mientras que las manifestaciones callejeras llegan a su máximo valor durante el mes de noviembre. Asimismo, cada una de estas formas de protesta presentan discontinuidad temporal, con mayor peso a partir del inicio de la cuarentena. En este sentido, las reuniones y asambleas son las más afectadas. La excepción son las acciones comunicacionales. Esto es coherente con las condiciones de aislamiento vigentes durante las primeras semanas de la cuarentena. De hecho, su período de mayor actividad se da durante el mes de mayo. Si bien, este formato de acción es frecuentemente el más extendido, el gráfico muestra que su peso relativo varía a partir de las condiciones de aislamiento durante las primeras semanas, pues se torna un recurso estratégico para quienes quieren emprender una protesta en esas condiciones.

Gráfico 6: nube de palabras

 

Otro aspecto a indagar gira en torno a las distintas fases en que puede dividirse el año 2020: Pre-ASPO / ASPO / DISPO / FASES. ¿Cuáles fueron los principales conflictos durante cada una de las etapas? Una primera aproximación a estos cinco momentos la brinda el gráfico 6 que presenta en dos nubes de palabras los conflictos más destacados según la etapa. En la primera nube se resaltan en color verde los conflictos de la primera etapa (pre-ASPO) y en color rojo oscuro se resaltan los conflictos de la segunda etapa (ASPO – Actividades Esenciales). En la segunda nube se resaltan en color azul oscuro los conflictos de la tercera etapa (Fase 4 – DISPO), en color rojo los conflictos de la cuarta etapa (Fase 3 – ASPO) y en color violeta los conflictos de la quinta etapa (Fase 4 – DISPO). En las cinco etapas es posible identificar sujetos, formatos y demandas.

Una segunda aproximación complementaria es posible gracias al modelado de tópicos que nos permite identificar temas diferenciables dentro de un corpus de noticias referidas a conflictos ocurridos en la ciudad.

Gráfico 7

 

El gráfico 7 muestra 9 tópicos referidos a distintos conflictos ocurridos entre el 1º de enero y el 19 de marzo de 2020. Por un lado, aparecen los conflictos de corte laboral y territorial. Por otro emergen conflictos como el referido al maltrato animal, a la violencia de género, la educación, el crédito, etc. En el gráfico 8, referido al período de vigencia del ASPO y el DISPO y que reúne dos modelados para dos sub-periodos, ocurre algo similar: emergen conflictos laborales y territoriales junto a protestas de otro tipo, en este caso activadas de forma directa por las consecuencias de la cuarentena: denuncias de casos de covid, pedidos de reapertura, habilitación de actividades comerciales, deportivas y religiosas, emergencia de los CBE (Comités Barriales de Emergencia), reclamos por cobertura médica, demandas de lxs trabajadorxs de la salud, etc. Los reclamos de los sindicatos, trabajadorxs precarizadxs y las organizaciones sociales, si bien arrastran demandas previas, también informan sus petitorios con aspectos activados por el ASPO y la DISPO. Asimismo, con la llegada de la temporada se reactivaron las luchas en defensa de las playas públicas.

Gráfico 8

Al igual que la nube de palabras, los tópicos nos permiten identificar sujetos, formatos de protesta y tipos de demandas. Otro enfoque que nos permite identificar eventos, reclamos y organizaciones es el armado de redes de bigramas. En el gráfico 9 vemos el conjunto de bigramas con mayor frecuencia para todo el 2020. Las flechas marcan la dirección y la intensidad de su color la mayor o menor frecuencia de esa conexión.  Este enfoque agrega la identificación de entidades y personajes relevantes de la conflictividad durante el período bajo análisis.

Gráfico 9

Otro enfoque, similar al de las nubes de palabras, pero un poco más ordenado y clásico, es el de frecuencia de términos representados en un gráfico de barras. Además, en este caso los resultados se presentan mes a mes. Esto posibilita la identificación mensual de tópicos conflictuales y recuperar el peso relativo de conflictos que en agregaciones temporales más amplias se invisibilizaban. El caso más destacado es el de las luchas del movimiento feminista.

Gráfico 10

Finalmente, complementamos el enfoque de frecuencia de términos con la métrica tf-idf que estimar el peso relativo de determinadas palabras dentro de un subcorpus (mes) en relación a los otros subcorpus (meses) que conforman el corpus total (12 meses) bajo análisis. De este modo, “maleteros” que estaba en segundo lugar en el gráfico 10 pasa el primer lugar en el gráfico 11, esto indica el peso relativo de este colectivo de trabajadorxs en la conflictividad desplegada durante el mes de enero de 2020. Y, más importante aún, visibiliza a sujetos que habían quedado fuera del campo visual como es el caso de las tomas de terrenos para poder construir una vivienda precaria que la prensa identifica con el término “usurpaciones” (Gráfico 11, mes 9, top 5).

Gráfico 11

De conjunto, todos esto enfoques nos permiten identificar, por un lado, los eventos de protesta y los conflictos, y por otro, los sujetos y los colectivos intervinientes, y finalmente, las demandas. Dentro de los sujetos de la protesta, emergen con fuerza lxs repartidorxs, lxs maleterxs, lxs colectiverxs, lxs recicladorxs, lxs comerciantes, las organizaciones territoriales, lxs docentes universitarios, lxs trabajadorxs de la salud, las mujeres, lxs sin techo, lxs trabajadorxs de la economía popular, lxs vecinxs, lxs excombatientes de Malvinas, las familias víctimas de los hundimientos de las embarcaciones pesqueras, entre otros. Por su parte, las formas de lucha de mayor presencia son los cortes con ollas populares, los acampes frente a la municipalidad, los ataques, los cortes de calle y de ruta, los paros de actividades, las denuncias y los comunicados. Finalmente, los reclamos más comunes fueron los relativos a protocolos en torno al covid, por salarios y condiciones de trabajo, reclamos por habilitación de actividades económicas, por el acceso a los espacios públicos, etc. Es decir, que se abrió todo un universo de reclamos asociados a las condiciones de existencia de amplias capas de la población como producto de la pandemia y los intentos gubernamentales para controlarla.

Aún quedan muchas aristas para desplegar el análisis de la conflictividad en el actual contexto de aislamiento físico, como por ejemplo la geografía de la protesta en la ciudad. Por eso, el presente informe será periódicamente actualizado. Las nuevas versiones del informe se basarán en los nuevos resultados que arroje el procesamiento del corpus de notas que contienen referencias a conflictos.

Anexo metodológico
El revelamiento de las notas periodísticas se hizo con técnicas de web scraping. El análisis posterior de las notas se llevó a cabo con técnicas de procesamiento de lenguaje natural y minería de texto. Ambas etapas fueron llevadas a cabo en R Project (lenguaje de programación).
Foto: Qué digital